Grandes nombres de la escena musical de nuestro país comparten su pasión por la guitarra con este luthier sevillano
Alejandro Sanz, con sus inseparables guitarras en 2023
Si decimos que la música de grandes nombres de la industria musical de nuestro país (Alejandro Sanz, Vanesa Martín…) sale del mismo sitio no estaríamos engañando a nadie: el taller de la calle Zaragoza de Sevilla (también en la calle Hernando del Pulgar). En la capital andaluza nacen los sueños y los suspiros de millones de incondicionales de estos artistas que son capaces de sacar lo mejor de su talento gracias a las guitarras que allí se fabrican.
Su música suena a las maderas que trabaja Antonio Álvarez Bernal, luthier profesional que cumple 25 años en la profesión convirtiendo los colores musicales que nuestros ídolos tienen en su cabeza en realidades. No es un trabajo sencillo. Cada una de sus creaciones, de sus guitarras, de los instrumentos que aporta a las vidas de estos genios de la música es un ente propio. Una extensión de su mente, de su corazón, de sus brazos y sus dedos.
Allí se acunan y descansan sus guitarras que les lleva creando más de dos décadas: «Los artistas me explican qué notas musicales, qué sonidos o qué color musical necesitan. Y yo lo interpreto a través de las maderas. Cada madera tiene un sonido y a partir de ahí cuando se le entrega un instrumento siempre se sorprenden del sonido que puede salir de un instrumento de madera que no lleva ningún componente electrónico».
Entre cliente y cliente que pasa por su tienda atiende la llamada de LOS40 para contarnos lo que para él es su día a día de encargos para artistas no solo nacionales sino también internacionales (Ed Sheeran, Pat Metheny, Juanes, Vanesa Martín, Gustavo Santaolalla, Juan Luis Guerra, Manuel Carrasco, Maná, Jovanotti…) y que para nosotros es casi un misterio. Algo mágico.
«Cuando uno crea una guitarra tanto para un profesional como para un aficionado a la guitarra, el paso más importante es saber elegir la madera y darle el tiempo de curación a esa madera. Luego viene el trabajo sobre ello, para darle el espesor y conseguir la tonalidad…» nos explica Antonio Álvarez Bernal. «En el lijado necesitamos un poco más de tiempo para ir probando que los sonidos son correctos hasta llegar al tono buscado. El siguiente proceso es el sistema armónico para darle ese sistema al músico que nos lo ha pedido para un momento determinado. Así es el trabajo del luthier. A partir de ahí se puede mecanizar algo más».
Una vida en la evolución musical de nuestros artistas
Es en ese momento donde nace la identidad y la personalidad de una guitarra. Poco o nada tiene que ver con la estética que vendrá después. Es casi ahí donde se ‘gana’ su nombre: Curandera, Triana, Manuel… Así se llaman algunas de las creaciones de la colección que firma junto a Alejandro Sanz. «Uno de los que más me ha hecho crecer ha sido Alejandro Sanz con el que llevamos trabajando 20 años. Escuchando su música y sus arreglos entendí la música de otra manera diferente» recuerda el luthier. «En 2018 sacamos una colección de guitarras que tenían una armonía diferente que era lo que me pedía en cada uno de sus proyectos».
Una relación de éxito que no es exclusiva porque de su talento también se benefician otros: «Llevamos trabajando con Manuel Carrasco desde el año 2007. Le acabamos de hacer una con una identidad muy definida y con una identificación en negra con el logotipo de su disco y su gira. Esta es la quinta guitarra que le construyo. Ahora viene Vanesa Martín también a recoger su sexta guitarra».
Vanesa Martín, con su inseparable guitarra en 2022
Antonio habla con orgullo de esta longeva trayectoria: «Llevamos más de 15 años trabajando juntos, prácticamente desde que salió de la Academia de Operación Triunfo. Su música ha evolucionado con sus guitarras. Nos han pedido siempre instrumentos a medida que tenía necesidades y colores musicales para diferentes trabajos. A veces me ha pedido un instrumento con tapa de abeto porque su música iba en un tono diferente, otras veces con tapa de cedro o de ciprés… porque él toca mucho carnaval y necesita otro tipo de guitarra. Para la anterior gira ha apostado por el cedro porque necesita un sonido más potente, con más fuerza que es lo que quería o necesitaba transmitir en ese momento en función de su energía positiva en el escenario. Ahora se le ha construido una guitarra muy especial con madera muy exclusiva y barnizada en negro porque quería transmitir eso con su guitarra y su indumentaria en los conciertos».
La guitarra jazz de Obama
Horas de trabajo para crear una auténtica pieza de artesanía con voz (y casi voto). La que encumbra a un artista cuya imagen ya va indisolublemente ligado a ese instrumento que levanta con su brazo cuando el público se rinde a su más reciente show.
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«La música es un universo muy competitivo para ellos porque cada uno saca su música y sus composiciones pero también en el mundo de los luthiers donde cada uno de nosotros creamos instrumentos individualizados a través de nuestra interpretación de las maderas» reconoce Álvarez Bernal.
¿Y su encargo más raro o más complicado? «Encargos raros, múchísimos. Casi todos son encargos raros porque necesitan sonidos diferentes. Tienen un sonido en la cabeza que me transmiten a través de la palabra y yo lo tengo que interpretar a través de la madera. El caso más especial para mí fue el reto de crearle una guitarra a Obama cuando vino a Sevilla en 2016. Le hice una guitarra con ciprés de Sevilla y un sistema armónico de jazz que es el sonido musical que más le gusta. Era muy complicado pero el resultado fue muy bueno».
«A pesar de que cada guitarra es única, todas comparten una cosa en común: la dedicación y el amor por el arte de la luthería. Este equipo trabaja increíblemente para producir instrumentos que inspiran a los músicos a crear música maravillosa» se puede leer en la descripción de su taller en su página web. No se equivocan aunque añadimos que algún día también se analizará cómo el instrumento de seis cuerdas ha inspirado a tantos músicos a crear. Imposible imaginarse a Manuel Carrasco o a Ed Sheeran sin sujetar una guitarra.
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